EP/ Un jurado popular de la Audiencia de Valencia ha declarado culpable de un delito de asesinato al joven de 33 años acusado de matar a su madre tras agredirle con una azada en su chalet de la localidad valenciana de Llíria en julio de 2011. El procesado negó los hechos durante el juicio y afirmó que no creía “capaz a nadie” de hacer “algo así”.
El joven se enfrenta a una pena de 20 años de prisión por un delito de asesinato con la circunstancia agravante parcial de parentesco –según reclama el ministerio fiscal–. No obstante, será el tribunal de la Audiencia el que finalmente fije la pena, después de que el jurado lo haya declarado culpable por ocho votos contra uno, según ha podido saber Europa Press.
El suceso tuvo lugar en la madrugada del 14 de julio de 2011. En esa época, el procesado vivía con sus padres, puesto que no tenía trabajo. Tenía problemas económicos ya que había pedido unos préstamos para comprarse dos coches y no los podía pagar. Sus padres estaban como avalistas y tenían que hacer frente al dinero reclamado.
El acusado reiteró en su declaración durante el juicio que mantenía una buena relación con sus progenitores y relató que no tenía ningún problema psicológico, aunque reconoció que unos meses antes del incidente tuvo que ser ingresado en un centro sanitario por depresión.
El día anterior al incidente, se presentó en casa de sus padres junto a su entonces pareja sentimental, el hijo de ésta y su cuidadora, y se quedaron todos allí a dormir. Así, explicó en la vista que estas tres personas durmieron en su habitación, y él se quedó en el salón, durmiendo “sobre una alfombra”.
De madrugada, sobre las 4.30 horas, oyó el despertador de su padre y luego el “portazo” que dio cuando se fue. Seguidamente, relató que escuchó “golpes”, no sabe si de dentro o de fuera de la casa, y pensó que “era el perro”. Momentos después, oyó a su madre “gemir”, “quejarse”, así que se levantó, encendió la luz, y se la encontró “llena de sangre”. Frente a esta versión, el ministerio fiscal mantiene que fue él quien se levantó, cogió una azada y la mató a golpes.
“Muy nervioso”