Amparo Sánchez, vecina de Bétera y usuaria habitual de la Piscina Municipal de Bétera, nos ha enviado una queja que, según advierte, es compartida por muchos de los vecinos que habitualmente utilizan estas instalaciones.
“El vestuario de las mujeres, recientemente reformado, es muy moderno y bonito pero no hay ni una percha donde colgar la toalla o la ropa, de las duchas sólo sale agua hirviendo ya que no hay regulador y el sistema de alcantarillado no traga por lo que el agua sale y llega hasta la entrada”, afirma en su queja.
Pero las quejas sobre la reforma continúan ya que afirma que “el suelo resbala y la puerta está colocada de manera que cada vez que se abre los usuarios de la piscina pequeña te ven desnuda”. Tampoco parece que hay buena ventilación, “el calor y vapor de las duchas lo empaña todo pese a que la ventana está abierta”.
Esta vecina de Bétera también opina que “el precios de la entrada (2 euros para los niños y 2.50 euros para los padres) es demasiado alto ya que además de los deficientes servicios del vestuario también “falta zona sombreada”.
Respuesta desde el Ayuntamiento de Bétera
La nueva concejala de Mantenimiento de Edificios e Instalaciones, Daría Terrádez, no ha tardo en responder a esta petición de los usuarios de la piscina. “En primer lugar, gracias por su participación, los representantes de la ciudadanía tenemos que agradecer tanto las palabras de apoyo como las críticas. Respecto a esta situación que describe usted, querría pedirle que presentara una queja por escrito al ayuntamiento con el único objetivo de que utilice las herramientas de participación puestas a su disposición. Cuando se reciba la reclamación, no dude de que desde el área de mantenimiento de edificios e instalaciones públicas intentaremos ponerle solución lo más rápido posible”, ha afirmado.
Sin duda, la respuesta típica de un político
¿Por qué hay que presentar una reclamación con un procedimiento? ¿No puede ir ella, ver qué está pasando y tomar las medidas oportunas? ¿Para qué cobra?