Publiquem íntegrament escrit rebut d'Ana Garijo , en què explica els motius pels quals ha renunciat a ser Obrera fadrina 2017.
En primer lugar dar las gracias a Bétera.com por permitirme contar los motivos por los que he decidido devolver la bolleta porque si bien en la comida del día de la vuitava, me sentí muy bien con los Mayorales, después en la procesión y sobre todo en la presentación delante de todo el pueblo y con todas las miradas fijas en mí, me sentí muy incómoda y al día siguiente por la mañana no me encontraba con fuerzas para continuar debido a la sensación de no ser yo misma siendo obrera.
Soy consciente de lo importante que es trabajar para las fiestas de agosto, y que no hay mayor orgullo para una Beterana que representar al pueblo que le ha visto crecer. La fiesta me llena totalmente, durante años la he vivido desde dentro, trabajando siempre en las calles de las Obreras y siguiéndola. Para mi la forma de ver la fiesta es trabajar para ella más que viendo como los demás trabajan y yo las represento.
He recibido en un día más apoyos de familiares y amigos, de lo que yo me podría imaginar, y eso ha hecho muy difícil mi decisión, pero si ya empezaba sin estar convencida, no sé si lograría disfrutarlas hasta el final, por lo que creo que no era conveniente continuar adelante, cediendo el puesto a una chica que realmente lo disfrute.
Mi familia se ha implicado con Bétera y con la fiesta mayor durante años, viviéndolas con intensidad. Cada uno hemos representado siempre un rol, por un lado mi hermana y mi padre, siendo obrera y mayoral respectivamente, por otro lado mi madre ayudándonos en todo lo posible para que podamos disfrutar, y recuperando y manteniendo las tradiciones perdidas y vigentes, yo apoyando a todo aquel que ha querido ser, para que todo saliera según lo esperado. Ahora nos queda motivar a las pequeñas, e inculcarles los valores que el pueblo de Bétera nos ha ido enseñando desde el principio
Pedir perdón sobre todo a Sandra, María Bravo y a toda su familia, ya que confiaron en mí, y aun así me han ayudado en estos momentos tan duros, a la futura obrera, por robarle sin querer ese día tan deseado por todas, como es el día 22 de agosto. Y por último, también pedir perdón a las personas que confiaban en mí, y a pesar de la decisión aún continúan apoyándome.
Por último agradecer a todo el pueblo la gran acogida que tuve y el esfuerzo realizado para que yo continuase, a las obreras y mayorales 2017, y en especial a Pilar Ros, que era mi obrera casada, por el cariño la comprensión y el apoyo que han tenido conmigo cuando se enteraron de la noticia. A pesar de todo, no dudéis que seguiré trabajando desde dentro para que estas fiestas en honor a la Virgen sigan siendo las mejores fiestas del mundo.