MI MANO DIESTRA
Le dije a mi mano diestra
que no fuera tan siniestra,
que no intentara amargarme
la vida de esta manera.
Le dije a mi mano diestra
que fuera más prudente,
que intentara comprender
que con su forma de ser,
lo único que traería
es la ruina y la desgracia
a este pobre desdichado
que no sabe lo que hacer.
Le dije a mi mano zurda
que no fuera tan tozuda,
que no se empeñe en creer
que la verdad solo tiene un camino
que es preciso conocer.
Le dije a mi mano zurda,
que el ser humano es torpe y débil
y que no siempre sabe actuar
con un recto proceder.
Les dije a las dos que hablaran,
que llegaran a un acuerdo,
que si no convertirían en loco
a este hombre sensato y cuerdo.