MI MANO DIESTRA

Le dije a mi mano diestra

que no fuera tan siniestra,

que no intentara amargarme

la vida de esta manera.

Le dije a mi mano diestra

que fuera más prudente,

que intentara comprender

que con su forma de ser,

lo único que traería

es la ruina y la desgracia

a este pobre desdichado

que no sabe lo que hacer.

Le dije a mi mano zurda

que no fuera tan tozuda,

que no se empeñe en creer

que la verdad solo tiene un camino

que es preciso conocer.

Le dije a mi mano zurda,

que el ser humano es torpe y débil

y que no siempre sabe actuar

con un recto proceder.

Les dije a las dos que hablaran,

que llegaran a un acuerdo,

que si no convertirían en loco

a este hombre sensato y cuerdo.

Rafael Bertomeu