Es momento de decir adiós. De despedirnos de nuestra estación favorita. Esa que llevamos ansiando meses y meses y por la que el tiempo se nos pasa lentamente.
No soy de esas personas a las que le gustan las despedidas, pero si soy de esas que saben decir fácilmente adiós y que mira hacia lo próximo que se avecina. Llega el momento de decir adiós al verano. Esa época del año en la que estamos deseando su llegada para rememorar momentos que por más que pasen los años seguimos encantados de vivir; estamos deseando reencontrarnos con esas personas con las que lo compartimos siempre, pero no tenemos la suerte de vernos a lo largo de todo el año; estamos deseando marcar una rutina nueva por la que salgamos por la mañana llenos de sal y por la noche brillantes como una bola de
discoteca. Querido verano: qué ganas teníamos de ti y qué rápido te has pasado. No sabes las veces que te hemos pensado y cómo te esperamos con los brazos abiertos cada segunda quincena de junio de todos los años.
Y es que, es cierto que el verano nos regala momentos únicos, experiencias que vivir y anécdotas que recordar. Son nueve meses los que pasan lentamente delante de nosotros y en los que estamos ansiosos para volver a él. Sin embargo, la pena viene ese final de agosto o principios de septiembre en el momento en el que, al igual que todos los años, debemos de despedirnos de él y de todo lo que ha conllevado: viajes, amigos, aventuras, amores de verano, nuevos descubrimientos, lugares… en mi caso soy una amante de esta estación y de todo lo que conlleva, pero sin duda me quedo con esos pequeños ratitos: ese momento en la playa llena
de sal con un libro en mano: esas comidas familiares que se alargan hasta cenas y luego se quedan en el resopón; esas noches de chiringuito con amigos que acaban con la frase ‘’bueno, al final mañana dónde salimos’’; o esos atardeceres que siempre compartes con una persona especial a tu lado y que se te quedan grabados en la retina para siempre. Una de mis cosas favoritas del mundo es descubrir sitios, pequeños rincones con encanto que se me queden grabados en la memoria para toda la vida. Y es que, el verano es un momento que se aprovecha para hacer esas escapadas que llevamos esperando tanto tiempo, aunque sean cortas, pero que
sean eternas. Ya sean con familia, amigos o pareja, los viajes son uno de los mejores momentos que se nos quedan del verano y los cuales nos suele costar mucho superar.

Todos los años tomo un poco de tiempo a finales de verano para dedicarle unas palabras a esta estación tan maravillosa y me da pena, no lo voy a negar, pero no lo cojo con tristeza. Es el momento de que cada uno siga su camino, vuelva a su lugar de origen y comience una nueva etapa por la que va a trabajar día tras día.

Querido verano: este año te has portado muy bien con nosotros. Hemos viajado, nos hemos divertido, hemos disfrutado, pero sobre todo: hemos aprendido. Gracias a ti y a todo por lo que nos haces pasar volvemos en septiembre siendo personas completamente nuevas y teniendo unas cuantas lecciones muy bien aprendidas.

Hasta el año que viene querido mío y que el recuerdo nos acompañe siempre.

Vega Archer Rios