Un año más, la concejalía municipal de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Bétera celebró la Semana Sociocultural de los Mayores. Esta tuvo lugar del 8 al 12 de abril. Durante esta semana se realizaron varias actividades, talleres y excursiones especialmente dirigidas a las personas de la tercera edad de Bétera.
Dentro de las actividades, y como cada año, no faltó el tradicional homenaje a los vecinos que conmemoran sus cincuenta años de casados. Este emotivo acto tuvo lugar el pasado viernes, 12 de abril, en las instalaciones del auditorio de la Casa de Cultura de Bétera. 10 parejas vecinas de Bétera fueron los protagonistas de este bonito homenaje.
Estas parejas recibieron por parte de la citada concejalía, encabezada por Raquel Puig, un pequeño presente.
Tradiciones y curiosidades
Como curiosidad, hay que mencionar que la tradición de celebrar la boda de plata o de oro se originó en la Alemania medieval, en la cual si una pareja de casados conseguían celebrar el vigésimo quinto cumpleaños de su casamiento, la mujer era presentada por sus amigos y vecinos con una corona de plata. Este acto era para felicitarlos por la buena fortuna de haber prolongado la vida de pareja durante tantos años. También era un reconocimiento al hecho de haber disfrutado de una relación armoniosa. En cuanto a la celebración del quincuagésimo, la mujer recibía entonces una corona de oro. Estos cumpleaños fueron desde aquel momento, conocidos como la boda de plata y el día de boda de oro, respectivamente.
Con el paso del tiempo el número de símbolos usados se ha incrementado y la tradición alemana de asignar regalos específicos que tienen conexión directa con cada una de las etapas de la vida se ha expandido por todo el mundo occidental.
Estaba prohibido regalar perlas a una novia, puesto que representaban llanto en el matrimonio. Exhibir perlas el día del casamiento era señal de mala suerte, puesto que las perlas se asemejaban a las lágrimas, de forma que la gente creía que la novia lloraría durante todo su matrimonio. No obstante, regalar diamantes, por su pureza y dureza, daba buena suerte.