La Comunitat Valenciana es la tercera autonomía española donde más mujeres han sido asesinadas por hombres con quienes compartían algún vínculo afectivo o familiar desde 2010 con un total de 65, por detrás de Andalucía (116) y Cataluña (80) y por delante de Madrid (57) y Galicia (35).
Estos datos están recogidos en el último informe sobre víctimas mortales de la violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja en los años 2016 a 2018, que publica este miércoles el Consejo General del Poder Judicial.
En el extremo contrario de esta clasificación se encuentran regiones como La Rioja o Cantabria, con dos crímenes, Extremadura (4) y Murcia (8), hasta completar una cifra total de feminicidios de 517 -desde 2010-.
La cifra total de feminicidios durante el trienio 2016-2018 es de 151, un 11,2 % menos que en el trienio anterior, cuando fueron asesinadas 169 mujeres.
En este informe estadístico, el Poder Judicial alerta de que casi el 70 % de los crímenes perpetrados durante esos tres años tuvo lugar en poblaciones pequeñas, lo que “implica que las mujeres están más desprotegidas en el ámbito rural y que, por tanto, sería necesario redoblar los esfuerzos en estas zonas dotándolas de recursos de prevención así como de servicios de asistencia y protección”.
El 43 % de mas las víctimas mortales del periodo 2016, 2017 y 2018 tenía hijos menores -102 niños quedaron huérfanos en ese tiempo- y tres de cada cuatro eran madres.
“La maternidad -junto con la pobreza, la dependencia económica o por discapacidad y el embarazo- es un factor que hace más vulnerables a las mujeres víctimas de la violencia machista y que guarda relación con el elevado porcentaje de casos sin denuncia previa: el miedo atenaza a la víctima, que no denuncia para proteger a sus hijos”, ha lamentado el Observatorio.
Perfil de la víctima
En el citado trienio, la edad media de las víctimas mortales fue de 43,5 años y en más de la mitad de los asesinatos los agresores acabaron con la vida de mujeres de entre 26 y 45 años.
El 64,2 % eran españolas y el 38,5 % extranjeras, lo que “pone de manifiesto la vulnerabilidad” de este colectivo. La mayoría de las víctimas extranjeras procedía de Marruecos, Rumanía, Ecuador, Bolivia y República Dominicana.
El CGPJ ha mostrado su “preocupación” por el hecho de que haya aumentado el número de mujeres asesinadas que habían presentado denuncia contra su maltratador: 46 de las 151 había denunciado, un 30,5 %, lo que supone tres puntos más con respecto al promedio de los diez últimos años.
Aun así, el Observatorio ha reiterado que el silencio es un “factor de riesgo para la vida de las mujeres maltratadas” y ha instado tanto a las víctimas como al conjunto de la sociedad -las denuncias del entorno son sólo de entre el 5 y el 7 % del total- a denunciar, el paso previo para que la administración las proteja.
Perfil del agresor
En cuanto al agresor, tenía una edad media de 48,2 años, cinco más que el promedio de las mujeres asesinadas y el 65,8 % de los victimarios era de nacionalidad española.
Tras el asesinato, el 22,5 % de los victimarios se suicidó -la edad media de los suicidas fue 49,7 años, siete de cada diez eran españoles y la mitad estaban casados con la víctima-, el 13,2 % lo intentó, el 47 % fue detenido, el 16,6 % se entregó y el 0,7 % huyó.
En más del 80 % de los casos, asesino y víctima compartían nacionalidad. Además, casi el 65 % de las asesinadas compartía domicilio con su agresor y el 45,7 % estaba o había estado casada con él.
Es precisamente el domicilio el lugar en el que más se cometen los feminicidios (el 81 % de los casos), seguido de la vía pública y el vehículo (6 % en ambos casos) y el espacio de trabajo (2 %).