La vecina de Bétera, Pepi Cruz, nos ofrece un segundo artículo sobre Educación Emocional.

Regulación Emocional

Es la capacidad para manejar las emociones (lo que sentimos) de forma apropiada.

Todas las emociones son necesarias, solo tenemos que aprender a regular su intensidad, canalizarla y actuar en proporción.

Por ejemplo, si voy por la selva y veo un león la emoción que me llega es el miedo. Aquí, sí es necesario salir corriendo y huir. Por tanto, es imprescindible tener esta reacción.

Sin embargo, si estoy ante un examen sorpresa, una decisión importante o un entrevista de trabajo, la sensación es casi la misma, pero no puedo huir. Así que es necesario regular ese miedo.

Ahora os propongo unas pautas para después de reconocer lo que os pasa, aprendáis a regularlo.

Lo primero y más importante es saber qué me pasa , qué siento y qué me provoca sentirme así. Una vez lo hayamos identificado, podremos aplicar alguna técnica para regularlo.

Tras la identificación de la emoción, lo siguiente es saber parar la situación o retirarse a tranquilizarnos o intentar relajarnos. Seguramente, en ese preciso instante estaremos diciendo o haciendo cosas que si las pensáramos, la gran mayoría de nosotros nos arrepentiríamos de ellas. Alguna vez o más de una, todos nos hemos visto sobrepasados por algún comportamiento de este tipo. No eres el único al que le pasa. Es una situación muy común.

Lo primero que debes hacer es contar hasta diez y luego puedes probar alguna de estas propuestas:

1 Técnica del pensamiento positivo. Se trata de traer a nuestra mente situaciones que nos sean agradables o nos insten a una buena sensación. Ejemplo: un lugar, una escena, una situación.etc.

2 La música. Dicen que la música amansa a las fieras, por lo tanto, en los momentos tensos, es de gran ayuda disfrutar de una buena canción o pieza de música.

3 Pasear o hacer deporte. Realizar alguna actividad que nos mantenga ocupados y que requiera cierto grado de concentración, es muy buena herramienta para regular nuestro estado de ánimo.

4 Desahogo emocional. Contarle a alguna persona de confianza lo que sentimos, lo que nos pasa, es siempre una descarga. Para vaciar nuestra mochila emocional, lo único que tenemos que tener en cuenta es que este desahogo se utilice para bajar intensidad y no para subirla.

5 Respirar en voz alta. Normalmente cuando respiramos no nos prestamos atención, por que es un acto involuntario, para este ejercicio deberemos escucharla. Intentaremos oír como entra el aire por nuestra nariz y sale por nuestra boca , es decir, respirar en voz alta. Haremos 10 respiraciones en voz media/alta. De esta forma conseguiremos mantener nuestro pensamiento en el ejercicio, evitando pensar más allá.

Ante una situación que te desborda, lo más inteligente es saber retirarse a tiempo, no has de demostrar nada a nadie, sólo a ti mismo.

No es negativo ni malo lo que sientes. Es negativo cuando no puedes controlarlo. Todas las situaciones que vivimos son experiencias y nos enseñan. Lo que tenemos que hacer es aprender de nuestro errores e intentar ser mejores. Así conseguiremos el bienestar en nuestra vida.

Autora: Pepi Cruz Cárdenas
Imprimir article
Comenta aquesta notícia