En un año normal, estaríamos ya en el ecuador de las Fiestas Mayores de Bétera. Como ya sabéis, Betera.com ha querido celebrar las fiestas de manera virtual para tener a todos los vecinos y vecinas animados y llenar así de luz y color nuestras Redes Sociales. Hemos hablado ya de muchos asuntos, pero todavía nos faltan unos cuántos. En este sentido, no podría faltar en nuestros especiales un tema como los dulces más tradicionales de esta festividad: les orelletes y cocas finas.

Habitualmente, las vísperas de la fiesta e incluso en estos días es habitual en muchas casas y corrales de Bétera que algunas familias, familiares, vecinos, amigos o grupos se reúnan para hacer cocas finas y orelletes. En los hornos también son un buen reclamo.

Este año ha sido un poco diferente. Sin embargo, a nuestros obradores no ha faltado esta tradición y en algunas familias también se ha continuado realizando para que no se pierda la costumbre. Y es que uno de los principales ingredientes para que estos dulces salgan como es debido es la armonía.

Algunos años, nuestro equipo ha tenido la suerte de estar presente en algún corral donde se han reunido varias mujeres para realizar este menester. Hay que decir que, aunque mayoritariamente hay mujeres, a veces también hay hombres que colaboran y participan. Hoy, recordamos como hemos vivido en estas ocasiones todo el proceso:

Poco a poco las mujeres van acudiendo al corral para hacer las tradicionales “orelletas”. Cada mujer parece tener una función muy definida: mientras una prepara el aceite, la otra pona la sábana en la mesa, otra prepara la masa y la de más allá extiende la harina. El trabajo es en cadena y por eso todas tienen que estar en su lugar y hacer su trabajo a buen ritmo, puesto que se tiene que hacer un centenar de orelletes antes del mediodía.

Mientras tanto, algunas mujeres nos descubren su receta con secretos y todo: una docena de huevos, un vaso de anís, un vaso de agua y un kilo y medio de harina. La clave es amasarla bien “hasta que la masa diga”. Es muy importante que la pasta de les orelletes esté muy estirada y fina, redondita y sin agujeros. También el aceite tiene que estar muy caliente para freír. Hay que tener paciencia y nada de prisas para que salgan bonitas.

La herramienta de cocina principal es la caña. La caña se utiliza como rodillo y también para freír: con la caña fina se hace la forma, mientras que con la más gorda se va girando dentro del aceite la orelleta. Y todo, mientras todas las mujeres, de todas las edades, hablan sin cesar del menú de la cena de la piscina, de los trajes de las obreras, de si están haciendo régimen, de si mañana da lluvia o de si la obrera ha ido a probarse el vestido. Las más grandes enseñan a las más jóvenes y las principiantes se dedican solo a “abullonar” que es hacer una pelotita con la pasta, el trabajo más fácil.

Después de más de una hora de trabajo llega el momento del almuerzo: bocadillos, bebida, horchata, café y como no, orelletes con miel.

Cocas finas

Después de hablar del proceso de les orelletes, es el turno de las “cocas finas”.

Según nos han contado algunas de las veteranas encargadas de hacer su masa, “las cocas tienen que hacerse con el aceite en el cual se han freído antes les orelletes “para que tengan buen gusto”. Además se emplea un poco de anís y harina.

Cuando hay obrera, los bajos se convierten en una verdadera cadena de trabajo. Unos doblan los bordes de los papeles, otros cogen una pequeña porción de masa para ponerla en el papel, otros prensan la masa para hacerla muy fina, y por último, se ponen en cajas de cartón. Después de acabar la primera “pastera” toca pegar un bocado para reponer fuerzas.

Seguidamente un grupo prepara una segunda pastera y se dividen: unos van al horno para pincharlas para que no se bufen cuando entren al horno, y añadir el azúcar y otros se quedan repitiendo el proceso de preparación del dulce. Después de hacer la tercera pastera, y llevarlas al horno, el grupo vuelve al bajo con las primeras cocas finas para comer. Es la hora de probarlas con una copita de mistela.

En definitiva, todo es buen ambiente, tradición, costumbres y fiesta.

Fotogalería orelletes y cocas fines

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