Desde el 8 de agosto España tiene el discutible honor de ser el número uno de casos de SARS-CoV-2 en la UE; el segundo, detrás de Rusia, en Europa, y uno de los top-10 en el mundo. De momento seguimos así y ya hemos pasado del medio millón de casos.

Aquí en Bétera se nos dice que no se tiene competencia en Sanidad y delegan su responsabilidad sobre la salud de los vecinos de este Ayuntamiento en las normas de la sanidad nacional y comunitaria. No sé si son conscientes, mejor creer que no, que dichas autoridades han demostrado a todas luces no saber por dónde van, reconocido por nuestra ilustre licenciada en derecho y consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Sra. Barceló, que dijo haber perdido la trazabilidad del coronavirus el 14 de marzo; y que, a pesar de los rastreadores contratados, no logra hallar el rastro ni lo hallará con militares de apoyo.

Por ello no es de extrañar que en Bétera, en un poco más de un mes, los casos acumulados hayan pasado de 134 (4 agosto) a 214 (6 septiembre).

Cuando se elige el olvido sobre la memoria, lo que no debería hacerse nunca, pasa lo que ocurre en este país, que no se acaba de salir de la charanga y pandereta desde hace muchos años.

¿Recuerdan cuando las mascarillas no valían de nada y nos encerraron unos meses en casa, luego que podrían ser útiles y ahora son obligatorias? ¿Recuerdan cuando los políticos se reunían, los que lo hicieron porque los diputados se fueron a sus casas, sin mascarillas pero bien pertrechados de guantes y gel hidroalcohólico? ¿Recuerdan cuando nuestros sanitarios, policías y otros muchos, eran héroes y con qué facilidad pasaron a villanos cuando en realidad sólo han sido víctimas? ¿Recuerdan cuando se advertía a finales de febrero que los ancianos eran el colectivo más vulnerable y se dio la espalda a las residencias de la 3ª edad? ¿Recuerdan cuando se dejó solos a los enfermos, sin asistencia de sus familias, y que ni tan siquiera pudieron recibir una despedida digna cuando fallecieron? ¿Recuerdan el 9 de mayo cuando el gobierno español, y las comunidades cambiaron los sistemas de contabilizar casos, ingresados, pacientes en UCI, fallecidos y curados? Fuimos el hazmerreír de medio mundo, pero su fin era que nadie pueda saber a ciencia cierta la magnitud de su incompetencia, incapaz siguiera de conocer ni la gente que se ha curado (meses en 150.376) y por ende los casos activos. Qué decir del pico de recuperados de la CV del 30 de junio, menos vergüenza imposible. Qué decir de las tonterías que dicen en el congreso la Sra. Barceló, que parece que no sabe ni leer una gráfica que ellos mismos elaboran.

Y todo ello pasó con la bendición de la OMS, culpable de las consecuencias de la pandemia con sus medidas disparatadas para ocultar la incapacidad de los gobiernos para proteger a la población; después compras de material sanitario de toda índole (que ni tenían ni sabían dónde buscar), habilitación de espacios para demasiados fines, estados de alerta, y un largo etc. que parece olvidado en muy poco tiempo.

Una pandemia que puede parecer un genocidio en toda regla… con muy pocos meses de evolución, sin fecha de caducidad, con más de 25 millones de casos, con más de 890.000 fallecidos, con más de 8 millones de casos activos de los que más de 1% se consideran críticos, sin tratamientos efectivos, sin vacuna, sin visos de solución próxima. Ahora, que se puede mirar hacia atrás, miren cómo ha evolucionado la pandemia en casi todo el mundo, valoren las medidas tomadas y pregúntense lo que deseen. Muchas declaraciones y apreciaciones sólo les proporcionaran pena, o quizás risa. Y seguiremos abocados a más de lo mismo: mentiras, incertidumbres, lotería absurda que sin comprar papeleta te puede tocar.

Mirando sólo la curva de los casos en la CV se puede ver que el virus nunca se ha ido, que esto no es una segunda ola (ni de broma, y que tal vez no la haya), que la montaña rusa que se observa es tan obvia que podría ofender cualquier inteligencia, y que la situación, dividida absurdamente en brotes, pinta incluso peor que en los primeros meses. Y se quiera o no, poco se sabe del virus o al menos no se conoce casi nada que pueda frenar su expansión. Sin embargo los periódicos publican, ayer sin ir más lejos, que médicos alertan de las consecuencias a largo plazo que sobre el corazón y pulmones puede tener el coronavirus, algo que no pueden basar en la evidencia y que cómo tantas noticias diarias carecen de rigurosidad.

Aquí en un pueblo, con el ya dudoso honor de ser el más castigado de la comarca, nuestras autoridades dicen que ¿no pueden hacer nada? ¿Qué es una competencia de Sanidad de la GVA (o el “in” previo lo callan)? Sin duda competencia de la GVA lo es, pero no han podido o sabido ser eficaces, entre otras cosas porque ellos dan normas generales, acertadas o no; ejemplo, las medidas tomadas en consonancia con el gobierno de España, que no creo que vayan a ser eficaces como demuestra que varias comunidades españolas son las más castigadas de las de la UE.

Siempre hay que adaptar los protocolos cuando los hay, que no está tan claro, a lo que es la situación de los vecinos, corregir lo que no es adaptable, etc.; en definitiva ajustarlos a la realidad no del mundo, ni de España, ni de la CV, sino a un pueblo llamado Bétera.  No es concebible que los 134 casos de principios de agosto hoy sean 214 casos. No puedo estar de acuerdo en absoluto con lo que generaliza Sanidad de la CV. Sus continuos vaivenes han quedado más que claros con el comienzo del curso escolar cuyos protocolos se han cambiado algunas veces y que este fin de semana no parecían estar completamente elaborados. Las consecuencias imprevisibles. Las medidas que se podrán tomar no tienen visos de ser las adecuadas por lo que se lee por en la prensa; por ejemplo el metro y medio es insuficiente, no se trata de personas inmóviles, rígidas. No creo que deba haber excesiva preocupación por la transmisión por contacto ocasional, pero que las clases no pueden ser de 15 minutos es obvio; ni nadie debería creer en espacios COVID, o libres de COVID, sobre todo entre cuatro paredes. La propagación aérea en lugares pequeños y más o menos cerrados no parece tenerse en cuenta; además no es de recibo que la responsabilidad recaiga sobre los maestros ni sobre los padres mientras se dice no a la enfermera escolar, personaje que podría ser esencial para coordinar actuaciones entre colegio, centro sanitario y padres.

Creo que importan poco que las competencias sean propias o no propias del Ayuntamiento, menos todavía cuando éste es un criterio que se basa en el número de habitantes. Ya no se trata de una nueva normalidad porque esto sólo es una anormalidad que empezamos a no entender.

No comparto que se llame crisis sanitaria, su calado es algo más profundo y preocupante. Lo digo porque los sanitarios no tienen ningún problema que no existiese ya antes y están como siempre ante las enfermedades y al lado de sus pacientes, con pocos medios, ningún apoyo y demasiadas exigencias. Pero esto se desvirtúa cuando los responsables son los políticos que al cabo ponen las directrices de algo que no conocen. Se saltan que en medicina dos más dos no son casi nunca cuatro.

A nuestro Ayuntamiento, pregunto ¿cómo se explica que el problema del nitrato en el agua haya basado una campaña electoral y ahora digan que la salud de los vecinos es un problema ante el que no pueden hacer algo más? Me gustaría que explicasen cómo los argumentos que fueron eje de la pasada campaña electoral de algunos de los gobernantes, el ya citado del agua del casco urbano, el centro de salud o dispensario en MC-TC, instituto o colegio en MC-TC. ¿Cómo puedo oír y entender en un pleno, el del día 3 de agosto, decir que no son competencia de Ayuntamiento Sanidad y Educación? Y repetirlo de nuevo en el pleno de ayer. Pregunto a los miembros del gobierno municipal ¿temas tan sociales no son su competencia?, ¿pues para qué están? Desearía alguna respuesta, pero creo que no las voy a obtener; por lo tanto me conformo con un poquito de coherencia.

Los problemas económicos, que parece ser lo único que se atiende y entiende como problemas de la pandemia son una pequeña parte del iceberg; si no se logra controlar realmente al virus, ese va a ser el menor de los males porque caerán los sanitarios, se colapsarán, como pasa desde mucho tiempo atrás, las camas hospitalarias, ni decir de las UCIS… y todo ello aliñado con problemas de fallecimientos en la 3ª. Edad, el aumento del paro, la ruina económica, la falta de escolaridad que parecen que se quieran reducir las pensiones, cebarse con los jóvenes, los emprendedores o autónomos, y los niños, etc. exigen intervenir ya. Entre octubre-diciembre el posible empeoramiento de la situación actual va a ser patente y patéticamente desbordante: otras enfermedades respiratorias víricas van a llegar para ensombrecer todo; no se va a dar abasto, gripe y catarros, reagudizaciones de estados patológicos pulmonares y cardiacos, el abandono y retraso de las consultas de los especialistas, de las operaciones programadas, la dificultad de conectar con los centros, etc. que hemos vivido en los últimos meses va a exigir un plus de mayor esfuerzo, salud y comprensión de los sanitarios que ya están a tope. No creo personalmente que sea un problema de que la policía salga a exigir que se lleve mascarilla ni tampoco de poner multas, aunque así lo exprese mucha gente por RRSS; tampoco lo que se insiste de la fumigación que es discutible; si no existe el convencimiento, la concienciación, la formación, el conocimiento y lo que quieran añadir, que son bastantes cosas más, el escenario no podrá ser, al menos, neutral. Poco favorecen las informaciones contradictorias que se dan desde cualquier estamento. Pongo como ejemplo dos acciones que me llamaron la atención en el pleno de ayer: una, que algunos concejales de la sala vip se quitan la mascarilla para hablar; dos, que se pasan gel HA por los brazos cuando, lo que creo que era un micrófono, se iba pasando de mano en mano; todo ello sin perjuicio de que no se guardan distancias y que llenan las botellas de agua del bidón cuando alguno de ellos están bebiendo a morro. O eso me pareció a mí, tampoco voy a repetir el visionado de algo tan soso y repetitivo.

Se deben asegurar mediante la habilitación de lugares de asesoramiento, informativos y colaboración y supervisión estrecha con los mecanismos y centros para la detección más precoz posible de los casos, su seguimiento e información (no tantos despachos para asociaciones en estos momentos y más vigor del ayuntamiento a todo lo que pueda suponer una lucha frente a la pandemia); las PCR, cómo se están tomando, pienso que no se hace del modo más adecuado ya que responden a un criterio errático cómo es la toma masiva a contactos en los primeros momentos tras la detección de algún positivo (lo de masiva viene que se toman a la vez sin criterio ni seguimiento estricto, no por la cantidad porque nunca son suficientes); deberían hacerse seriadas en varios días o al menos con un control a los pocos días y posiblemente a las tres-cuatro semanas junto a la serología. Y se dice que más del 40-60% de los últimos ya miles de casos de la CV eran asintomáticos, lo que tampoco me acabo de creer (12 de agosto, 60%, poco después 40%). Ayer hablan de más de 890 mil PCR, lo que no está bien expresado porque se debería hablar de personas a las que se les ha hecho (si se toman 2 muestras a cada paciente sólo se han hecho a 445 mil); de otro lado las pruebas rápidas han detectado porcentualmente casi el doble de casos que las PCR ( 6,1% vs. 3,7%), lo que no dejan de ser datos desalentadores cuando no se acaba de tener claro que, tanto unas como otra, tengan el suministro garantizado y mucho menos que los hospitales puedan asumir el crecimiento que están teniendo, del orden de realizar 11-12.000 pruebas diarias. Personalmente pienso que no se debe recurrir masivamente a la iniciativa no pública.

Las medidas y adecuación de protocolos deben hacerse ya porque el ayuntamiento está llegando tarde como es patente en la falta de información: 38 casos detectados en los últimos 14 días dicen muy poco de lo que se está haciendo o de lo ineficaz que es; al menos eso es lo que he visto hoy en el mapa de la doncellería cuyos datos no son del todo correctos ni mucho menos claros o completos y que se aglutinan en conglomerados indescifrables, hasta para los municipios lo deben ser si es verdad que carecen de información más exacta lo que considero cuestionable por algunos comentarios realizados en plenos recientes.

Por último decir que observo un alto deterioro de la comunicación del consistorio con sus vecinos, inimaginables abandonos de la web del ayuntamiento (retrasos de meses de actas de plenos, no publicación de presupuestos ni actualización de los pasados, estancamiento de las noticias de sanidad, al menos yo sigo sin ni siguiera saber cómo funciona el centro de salud, etc. … interminable), abandono perpetuo del tablón de anuncios electrónico, de las páginas de policía y mociones, contestaciones y ambientes poco convenientes en los plenos, decisiones encontradas, nula trasparencia, etc., etc., etc. Lo del ROM de ayer es incomprensible.

Francisco Pardo Serrano

Vecino de Bétera, 8 septiembre 2020

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