El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF) ha reivindicado en el Día Mundial del Farmacéutico la importancia de la profesión en la mejora de la salud global, que “se ha evidenciado en los peores meses de la crisis sanitaria, donde ningún paciente quedó desatendido”.

En un comunicado enviado a prensa, el presidente del MICOF, Jaime Giner, ha recordado que “siempre había un farmacéutico a su lado para que su salud no se viese mermada por la emergencia sanitaria”.

Durante estos meses de crisis a nivel global provocados por la pandemia de la Covid-19, Giner ha señalado que la farmacia comunitaria “ha demostrado su versatilidad y capacidad de reconversión, propias de un servicio público a disposición de la ciudadanía”.

Asimismo, ha ensalzado la labor de “una farmacia asistencial, que atiende las necesidades de la población desde un prisma social”.

El presidente de los farmacéuticos valencianos ha anunciado que el MICOF ha elaborado un manifiesto en el que se recogen 10 reivindicaciones que reclaman a la Administración valenciana voluntad política para que los profesionales farmacéuticos sean incluidos dentro de las diferentes políticas de Salud Pública.

Todo ello para “seguir prestando un servicio asistencial social y sanitario en beneficio de la salud de los pacientes”.

El doctor e investigador del Área de Investigación en Vacunas de Fisabio, Alejandro Orrico, ha señalado respecto a la esperada vacuna que se trata de “un hito histórico de investigación e inversión sin precedentes”, con más de 240 prototipos de vacuna.

En este sentido, Orrico ha explicado que todas las vacunas tienen “pros y contras”, pero que las más atrayentes son las de ADN o ARN, al ser su producción más rápida y económica, y sin necesidad de mantener la cadena de frío para su conservación.

Sobre la fecha de llegada de la vacuna, Orrico ha reconocido que, si bien hay unas 10 vacunas en la fase 3, su llegada en diciembre puede ser “precipitada”, pero que ojalá esta llegue “a principios de 2021”.

De cualquier modo, lo que queda claro es que la vacuna, cuando llegue, “va a hacer su papel” y que, aunque puede que no produzca inmunidad a largo plazo, ello no quiere decir que no produzca una protección de dos y tres meses, ha concluido.

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