Y desgraciadamente empiezan los peores nueve meses para ellos, en los que no pueden ser ellos mismos, en los que tienen que esconderse o correr para encerrase en un baño para que no le lleguen a ver, para no cazar esas miradas que van a significar un ridículo extremo delante de todos y cada uno de ellos, de los que conforman ese infierno.
Desgraciadamente, muchos niños y no tan niños no quieren ir al colegio. Se niegan completamente y pueden llegar a montar una propia manifestación en su habitación contra sus padres hasta acabar siendo ganadores y quedarse en su cueva y pasar así un día más tranquilo sin nada, ni nadie a quien temer. Suficientemente claro, queda el echo de su sufrimiento día tras día.
¿Sabéis lo que puede llegar a costar eso?.
Bien, esta pregunta tiene un gran abanico de respuestas como por ejemplo la felicidad, la tranquilidad o la vida. Porque no debemos de olvidar nunca todas esas noticias que salen por la televisión de padres, familias y conocidos desconsolados por que le han arrebatado la vida de un ser humano, que poco a poco, se ha ido consumiendo como una vela hasta que no ha podido más.
Como no, yo defensora de la injusticias, me gustaría hacer una reflexión sobre este tema tan destacado hoy en día y con tanto problemas pero que, día tras día, miles y miles de centros ponen de su esfuerzo, trabajo y dedicación para decirle adiós y que solamente se convierta en una charla para que los estudiantes no lo hagan: el acoso escolar.
Nosotros seguramente hayamos sido testigos alguna vez de un caso de estos, de haber estado presenciando una secuencia o de ser conscientes de algo, pero a lo mejor no hemos dicho nada o sí.
Mirad, yo a lo largo de mi vida he podido estar en contra de cosas pero no haber dicho nada porque, o bien no merecía la pena o porque no me interesaba; pero no os voy a negar que alguna vez he llegado a ver como esas personas tan fuertes y valientes que hacen que el otro se sienta pequeño e inútil empezaban con sus semejantes tonterías y me siento orgullosa de decir que he sido la primera que les ha parado los pies, pero siempre desde el respeto y la educación, cosa que ellos, día tras día, les falta y necesitarían unas clases de ello.
Hoy quiero hacer un llamamiento para todas aquellas personas que ahora mismo lo están viviendo. Vosotros tenéis que ser los fuertes en este momento.
Quiero que recordéis esta frase el resto de vuestra vida: sois más valientes de lo que creeis y siempre tendréis a gente de vuestro lado que no va a permitir que os pase nada. El silencio llega a un momento que te ahogas en él y después no hay vuelta atrás.
Y para aquellas personas que, día tras día, lo veis pero no tenéis esa valentía de decirlo creo que ha llegado el momento de abriros e ir a destruirles ese castillo a los monstruos que hacen que una de las etapas más importantes de la vida de una persona como es el colegio, se convierta en una pesadilla.
Hoy y siempre: NO AL ACOSO ESCOLAR.