¿Para qué nos vamos a engañar? ; ¿Para qué vamos a vendarnos los ojos y hacer como si fuese realmente que somos iguales?
No somos iguales, sino que somos totalmente diferentes.
No nos parecemos en nada, tan solo en el blanco que componen nuestros ojos. Pertenecemos a razas distintas, a religiones opuestas, a vidas completamente diferentes y a países que podemos decir que son polos opuestos. Pero…¿Y qué ?, ¿Qué pasa por no ser del mismo color o de la misma religión o por tener otras ideologías?
Seguro que no soy la primera persona que está escribiendo sobre este tema porque la polémica que hoy en día se encuentra en todos nuestros medios de comunicación y en nuestra sociedad es suficiente para poder encontrar la respuesta a estas preguntas.
Tan solo con 15 años me puedo declarar que soy defensora de una idea que desde muy pequeña tengo muy clara y que ha sido inculcada por mis propios principios, porque es superior a mí el no poder quejarme de hacer daño a una persona, de tener que aguantar insultos o comentarios despectivos, burlas o incluso de tener que llegar a ver como una propia fuerza de seguridad acaba matando a una persona inocente. Me declaro antirracista y no tengo ningún miedo a decirlo.
Me produce vergüenza, tanto como persona de raza blanca como humana, el tener que ver las humillaciones que muchas personas tienen que sufrir en su día a día por un simple factor.
En el título he puesto que no somos iguales, pero no sabéis el por qué de este titulo. He decidido poner esta frase que tan solo la componen estas tres palabras clave en este tema: NO. No a la violencia, al maltrato tanto físico como psicológico, no a los bochornos y a las peleas, a las guerras y burlas entre nosotros.
Somos: humanos, civilizados. Somos un equipo que, día a día, hacemos que nuestro mundo siga tirando hacia adelante. Somos alegría, amor y humor.
Iguales: Iguales vestidos, iguales nuestras zapatillas, iguales nuestros trabajos, nuestros estudios, nuestras casas.
Me parece que este título es la clave de este mensaje. El NO SOMOS IGUALES son las palabras de identificación.
Aprender, respetar, querer. cuidar, proteger…Creo que son palabras demasiados típicas en este tema como es el RACISMO que desgraciadamente hoy en día, aún pasando los siglos sigue estando entre nosotros. ¿De qué mejor manera que hacerlo diferente, especial, como todas aquellas personas que día a día se suman a las calles para ponerle freno a este gran problema?
Solamente pido desde aquí, desde el escritorio de mi casa en la que me encuentro en frente de mi ordenador, que basta ya de hacer que esto poco a poco se destruya, de que estemos matando a nuestro mundo, a su población. Pensemos en quienes son realmente los asesinos y los delincuentes.