El hecho de mirarte al espejo y no gustarte, de intentar y quemarte haciendo deporte o echarte cosas de belleza que hacen que acabes pareciendo un payaso… El cambiarte más de diez veces de ropa porque notas o sientes que ninguna de esas cosas te quedan bien, ponerte hasta la última gota de colonia para que te puedan oler bien hasta la otra punta…
Esto hace que seamos perfectos desconocidos de nosotros mismos.
Muchas chicas, sólo tienen en su pensamiento el tener que estar perfectas peinadas y maquilladas… El ir vestidas a la última moda para poder llegar a ser la única distracción de todo el mundo… De estar perfecto de cuerpo para no avergonzarse al quitarse la toalla para poderse bañar a gusto y tranquilas.
De verdad, a todas aquellas chicas que les sucede eso, deciros que sois unas perfectas desconocidas de vuestro propio cuerpo o que os intentáis engañar pensando que la perfección va a ser lo que os haga populares y un chico se fije en vosotras.
No quiero que penséis que esto lo estoy escribiendo desde la rabia, burla o manía, porque ninguna de esas tres cosas son ciertas. Muchas veces me he mirado al espejo y no me ha gustado a lo mejor mi cuerpo, la cara que tenía ese día… Pero siempre que me he mirado he estado orgullosa de lo que represento: una chica fuerte, a la que le da igual las críticas que pueda llegar a tener, lo que vayan a pensar de ella por sus complejos de los que nunca se ha avergonzado.
Lo más importante en esas circunstancias es pensar en el grupo de gente con la que te reencuentras en el pasillo o en una esquina de clase y que te quiere tal y como eres. Imagínate estar, día a día, disfrazada de una persona, de una personalidad que realmente no eres pero que intenta engañar a todo el mundo para que se la crea y crea que es verdad. Yo pienso y creo que debe ser agotador el no poder ponerte la ropa que más te guste por vergüenza (palabra la cual está totalmente prohibida en mi diccionario de la real Academia de la lengua Archer) o creer que no te queda bien, así como tenerte que poner cosas en la cara para tapar esos granitos o espinillas totalmente normales y naturales en nuestra edad y, sobre todo, el mostrar la personalidad de una persona que realmente no se encuentra ni en el más fondo de tu ser.
Sé que es muy fácil de decir y muy difícil de hacer. No obstante, yo creo que estando en el siglo XXI se supone que nos encontramos en un siglo un tanto libre. Desgraciadamente, seguimos escuchando burlas, críticas o risas de las personas más acomplejadas. ¡Ups! Bueno, se tuvo que decir y se dijo.
Realmente los inseguros y acomplejados son ellos. Seguro que ellos son los primeros que se levantan cada mañana e intentan buscar una persona que demuestre lo que son: unos auténticos cretinos. No hablo por chicos, sino también por chicas que hacen que esto sea más grande y empeore. De verdad: ¡Basta! ¡Basta de que vosotros, LOS ACOMPLEJADOS, tengáis que pagar vuestra rabia contra los demás y hagáis que nos sean ellos mismos!
Y a vosotros, luchadores, es hora de quitarse ese disfraz que lleváis y de sorprender a la gente tal y como sois. Os deseo mucha suerte, aunque seguro que no la necesitáis.