Cerrad por unos momentos los ojos y transportaros hacia la ofrenda de las albahacas del día 15 de agosto. A continuación, intentad imaginaros este acto sin música.

Este mismo ejercicio lo podemos hacer con cualquier otro acontecimiento festivo como una cabalgata, un pasacalle o incluso una procesión.

¿Creéis que es posible?

Y es que cualquier fiesta de calle o acto festivo no sería lo mismo sin nuestras bandas, charangas o cualquier clase de agrupación musical. Estas formaciones son, de alguna manera, el componente principal porque se cree esa atmósfera festiva dentro de los acontecimientos de este tipo.

Por este motivo, Betera.com también ha querido tener en cuenta la música dentro de la programación de especiales de nuestras Fiestas Virtuales. En este sentido, nos hemos reunido con un grupo de músicos amateurs del Centro Artístico Musical de Bétera (CAM) de edades muy variadas porque nos cuentan sus vivencias dentro de la fiesta, así como en el citado centro artístico.

Los más veteranos de esta tertulia entraron a la banda hace 41 años, cuando apenas tenían unos 13 años de edad. Ha llovido mucho desde aquel momento y todos tienen muchas cosas a contar de todo el que han vivido en la sociedad musical, puesto que para ellos es como su segunda familia. Estos veteranos también han sido testigo de cómo ha ido evolucionado la fiesta, musicalmente hablando, a lo largo de estas décadas.

Algunas vecinas y vecinos igual todavía recuerdan aquel barracón que también montaba en la feria de la Alameda el CAM. Según nos comentan los más veteranos, los cuales también estuvieron al pie del cañón en más de una ocasión sirviendo, el dinero recaudado eran para los viajes que realizaba el centro, llevando su música a lugares como la Selva Negra (Alemania), Polonia o Brujas. De hecho, algunos de ellos recuerdan que a Brujas tocaron “El Gato Montés”, justo donde se firmó el Tratado de Maastricht. Otro de los viajes que también destacan fue el de París, tocando a Eurodisney “Amparito Roca” o “Paquito el chocolatero”. Durante estos viajes se impregnaban de cultura, hacían intercambios con bandas de los otros países y también convivían y estrechaban lazos con el resto de músicos de Bétera y sus familias.

Así, también cabe indicar que muchos de los músicos son padres e hijos, hermanos o primos y, entre ellos también se crea una relación muy especial donde comparten una afición en común.

Otro asunto que destacan es la amistad que se crea. “Si tienes un grupo o colla de amigos a la banda, todo es mucho más fácil. Pues, es cierto que formar parte del centro comporta cierta responsabilidad porque tienes que compaginar estudios o trabajo con los ensayos o conciertos pero, si tienes un grupito de amigos, todo se hace más ligero”, expliquen.

En esta misma línea, también nos destacan que aunque los días de Fiesta en Bétera son muy intensos, cuando estás en buena sintonía con todos, se viven momentos muy bonitos y emotivos. “Empiezan los ensayos a finales de junio, principios de julio… Después de los ensayos te tomas una cervecitas y estás de charla con amigos de la banda y todo esto ya desemboca en las Fiestas de agosto”, nos cuentan con nostalgia.

Nuestros tertulianos resaltan la evolución del día 12 de agosto. Desde hace unos años, la banda toca con algún artista reconocido en el ámbito nacional después de la presentación de las Obreras y Majorals. “Esto hace que mucha gente vaya también a ver a la banda, tocando junto a un cantante afamado y a este acto lo enriquece culturalmente”, mencionan.

Uno de los actos que ponen de relieve es la procesión de la tarde del 15 de agosto. “Es tradición que, los más mayores que ya no vienen de normal o aquellos que están viviendo fuera y solo vienen en agosto, tocan en esta procesión. Se forma una banda muy grande ese día y es muy emotivo”, declaran.

“Para mí es muy emotivo a las 08.00 horas del 15 de agosto reunirse todos en el Ayuntamiento, ir a recoger a las Obreras, llegar al huerto de las albahacas y tocar Valencia mientras salen las Albahacas”, comentan también.

“Cuando llegas a la calle Les Alfàbegues y estás tocando en la recta final de ‘La Rodà’ del 15 de agosto y ves toda la calle llena de gente expectante, sientes que estás contribuyendo en la fiesta. Es un momento de explosión hacia fuera, porque el músico tiene la oportunidad cada año de estar en el pasacalle viviéndolo desde dentro y, de alguna manera, es parte importante todos los años de esa fiesta”, detallan con mucha emoción.

“¡Imagínate un 15 de agosto sin música! ¡Se quedaría todo muy desangelado!”, reiteran todos.

 

“No puedes olvidarte que, aunque sea de manera amateur, estás haciendo un trabajo y tienes que ser responsable y darlo todo. Pero en este caso es como quien está trabajando en aquello que le gusta, porque no te duelen las horas ni lo cansado que puedas estar”, prosiguen. “El día 14 de agosto siempre ha sido típico, cuando eras más jóvenes, ir a cenar con los amigos y disfrutar de la verbena o discomóvil y, después, una ducha y comer algo y estar como una campana en el lugar”, añade.

Todos los participantes de esta tertulia, tanto los más veteranos como los más jóvenes, coinciden al 100% en un factor: “La sociedad musical propicia que se establezca una relación de amistad y complicidad entre músicos de edades muy diferentes. Los más jóvenes aprenden de los más mayores y viceversa y se crea una especie de simbiosis muy bonita culturalmente que en otra clase de espacios o entidades no suele ocurrir. Todos se esfuerzan como profesionales, jóvenes y mayores, y aportan lo mejor de ellos”.

Por todas estas razones que os hemos dado, os volvemos a hacer el mismo planteamiento que os hacíamos al principio pero ahora en forma de pregunta:

¿Realmente os imagináis un acto como el 15 de agosto, un pasacalle o una procesión de nuestras fiestas sin músicos?

Agraïments especials: Amparo, Mireia, Laura, José Vicente y Víctor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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