L’Ateneu de Bétera tiene una cita con su ciclo documental, el cual se está llevando a cabo durante los tres primeros viernes del mes de noviembre.

Este ciclo, empezó el pasado 15 de octubre con la figura del doctor Peset Aleixandre. La semana pasada, los asistentes al ciclo se sumergieron en la extraordinaria historia del buceador Jacques Mayol. Este, fue el primer buceador capaz de llegar a los 100 metros de profundidad sin respiración artificial. Además, revolucionó el buceo por apnea mediante la introducción de técnicas de yoga y zen.

Este viernes, 12 de noviembre, el turno será para el  documental sobre el cambio climático de FILMAFFINITY, a las 19.30 horas.

¿Es posible vivir todo un año sin utilizar productos que contengan algún derivado del petróleo? El director de este documental, John Webster, que consiguió convencer a su familia para hacer la prueba, relata de forma divertida lo que supone someterse a una “dieta sin petróleo” y muestra cómo prácticamente todo lo que consumimos proviene del petróleo, el agente que provoca un mayor deterioro en nuestro planeta. Un año sin petróleo plantea el problema medioambiental como si de una receta de cocina se tratara y explica, a través de las vivencias de Webster y su familia, los pasos que hay que seguir y los productos que hay que evitar para no perjudicar nuestro entorno. Desde coger el coche a consumir cualquier producto envasado en plástico (ya sea leche o pasta de dientes), los actos más simples de nuestra vida cotidiana nos convierten en cómplices del cambio climático…

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Por otro lado, para este domingo 14 de noviembre, el Ateneu de Bétera ha organizado un nuevo Paseo por la Calderona. En esta ocasión, será en el Puntal dels Llops.

El Poblado ibérico del Puntal dels Llops es un asentamiento del siglo V a. c. situado en una de los contrafuertes meridionales de la Sierra Calderona. Este, está situado en el término municipal de Olocau, en la cumbre de un promontorio a 427 m sobre el nivel del mar y además de 150 m sobre el plan, con amplia visibilidad sobre el territorio del Camp de Túria y el corredor del Barranco del Carraixet que da en el norte.

El asentamiento ostenta una muralla y una torre que lo definen como una pequeña fortaleza de 960 metros cuadrados. Junto a otros similares formó parte del sistema defensivo y de vigilancia del territorio de la ciudad de Edeta y es considerado uno de los mejores ejemplos de atalaya de época ibérica. La estructura interna del poblado es sencilla y funcional: se trata de un conjunto de 17 habitaciones que se abren en una calle central que recorre longitudinalmente todo el asentamiento.

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