No siempre las cosas pasan como tú quieres, ni las personas son como realmente te gustaría que fuesen.
Hay épocas en tu vida que contienen tanto subidas en las que te sientes increíble, hasta las peores bajadas en las que ves que has tocado fondo y no puedes más. Esa metáfora de la ‘’montaña rusa’’ de la que todo el mundo habla, esa es nuestra vida. Porque de estar en el momento más feliz rodeado de la gente que te quiere y a la que quieres, con nuevas cosas en mente que te hacen llenar tus pensamientos, hasta con la última gota de felicidad e ilusión del mundo, conocer a gente nueva que va a ser un aire fresco en tu vida y que realmente lo vas a agradecer…Pero todo este se puede ver desvanecido en un a milésima de segundo por una simple tontería.
Puedes pasar a no sentirte realmente querido o pensar que te quedas atascado en un pozo en el que sigues buscando la salida y acabar tocando fondo. Puedes llegar a pensar que toda esa pesadilla no tiene un final y que, poco a poco, el fondo sigue siendo aún más profundo y que no tiene un fin por lo que el sufrimiento sigue…
Pues sí, chicos y chicas. Esto no es solo nuestra vida, sino que es ella misma la encargada de que cada una de las causas que suceden de un día para otro puedan llegar a producir consecuencias un tanto dolorosas e indescriptibles.
No siempre se está en el mejor momento con felicidad plena ni amor, ni tampoco se toca fondo y se derraman lágrimas cada noche. Sin embargo, todo esto sucede por un mensaje que está puesto tanto en canciones, como en perfiles de Redes Sociales… Porque lo que no te mata, te hace más fuerte. Y realmente, si nos paramos a pensar durante un momento, la vida se basa en eso: en sufrir y pasar por cosas que te quitan vida para después acabar reconstruyéndote por dentro y ser mucho más valiente. Esos diferentes obstáculos que van marcando poco a poco tu camino y que tú tienes que esquivar hacen que cada caída sea un chute más de esa energía y fuerza necesaria para poder ser tú.
Y sí, sé que he estado desaparecida durante algunos meses pero, sinceramente, lo necesitaba. Necesitaba parar para respirar y recargar pilas para poder seguir haciendo al cien por cien, feliz, lo que realmente me gusta. Y creo que lo he conseguido. He vuelto y, aunque este año estaré un poco más ausente, siempre vais a tener un pedazo mío en este periódico todos los meses.
Recordad: parar para renacer