Muchas personas ya no creen en el sentimiento, en el saber que eres querido por una persona. Gente que ya no cree en poder percibirlo a simple vista, cruzar miradas mágicas o solo con el contacto de sus manos. Porque desgraciadamente la gente ya se ha olvidado de ese sentimiento: el del amor.

Pues hemos entrado en el mes en el que las parejas deciden gritar a viva voz el amor que sienten mutuamente, gritar que son almas gemelas y que nada ni nadie les va a separar.

En cambio existen las otras personas que se muestran totalmente opacas al amor. Piensan que no existe, o que a partir de un mal desamor el sentimiento se acaba olvidando para siempre. Pero, realmente no es así.

Pues el amor es saber que lo vas a tener cerca física y mentalmente; aun sabiendo que lo tienes a cientos y cientos de km de distancia, que lo único que os une es una pantalla y que hasta dentro de innumerables semanas no le podrás volver a tocar. El amor es saber que la persona que tienes al lado te demuestra día tras día que está a tu lado en las mejores y en las peores situaciones. Te recoge del suelo de tus peores caídas y cuando no sabes lo que hacer: es la guía para marcarte el camino correcto. Es saber que cuando cojas el teléfono vas a tener o un mensaje o una llamada perdida y que eso te demuestre lo que realmente está interesado .

Suena extraño, pero muchas veces se mezcla el amor con el deseo. Pues es bonito el hecho de que dos personas se deseen mutuamente, transmitiendo así su amor. Pero no siempre se trata de eso. Se trata de darle un beso, un abrazo o una caricia. Muchas veces esos gestos tienen mucho más sentimiento  que un solo beso o estar acostados en la misma cama. Siempre se habla del amor de la adolescencia, del primero, el que marcó la diferencia. O siempre se tiene el reflejo de príncipe azul en la mente. Pues realmente el amor consiste en encontrar a la persona adecuada, la que cuando menos te la esperes parece por la calle paseando a su perro. Unas miradas se cruzan y de ahí a los teléfonos. Pasáis de ser completos desconocidos a tener la necesidad de coger el teléfono y ver un mensaje, a estar juntos y a construir momentos inolvidables y nuevos proyectos. Juntos, siempre juntos.

Yo tengo la suerte de estar viviendo ahora la historia de mi vida. Y por supuesto que muchas veces he pensado en que nunca la encontraría. Pero eso es lo bonito del amor, el estar de imprevisto y acabar encontrando a tu alma gemela.

Con este escrito quiero llegar a la conclusión de que tenemos que estar abiertos a uno de los sentimientos más maravillosos que el ser humano puede percibir y experimentar como es este: el amor.

 

Así que ya sabéis, amar mucho y sobre todo: amaros a vosotros mismos.

 

 

Vega Archer
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