Este escrito, posiblemente, no es el mejor que he hecho o no llega lo suficiente para abrir los ojos. No obstante, creo que es necesario hacerlo, ya que la vida no es perfecta y tarde o temprano de no estar acostumbrado a escuchar nada malo, a que todo en tu entorno esté perfecto, que vivas feliz y lo máximo que te suceda puede ser la mínima cosa mala de tener una pequeña discusión con alguien…Siempre acaba llegando lo peor que te podría pasar.

La vida es muy bonita, llena de cosas maravillosas, de personas que te van a acompañar durante mucho tiempo. Pero, después de todo eso dulce, viene lo amargo y es el perder a personas, el perder cosas, el perder amor…

Si te das cuenta, todo lo malo que le puede pasar a una persona es perder algo y eso es en lo que más sufrimos. Porque al final nos acostumbramos a perder en la vida y eso no es justo.

He perdido familia, he perdido amigos, he perdido amor… Podré haber perdido muchas cosas, pero nunca me he dado por vencida. Muchas veces he sido derrotada, he sido la perdedora y me he preguntado: ¿Y por qué a mí?

Pues la respuesta es muy sencilla: porque la vida está llena de valientes que tienen que saber sobrepasar las peores situaciones para poder resurgir de sus cenizas y hacerse más fuertes. Yo me considero una de ellas, porque después de haber derramado muchas lágrimas por cosas que te atormentan en la cabeza o en el corazón, de haber sufrido, de no poder dormir ni siquiera una hora completa, de tener que perder el apetito… Te das cuenta un día. Dentro de ti, aparece una pequeña llama de luz que hace que cojas ese pequeña cantidad de fuerza que te queda. Pero… ¡Cuidado! Debes de utilizarla lo mejor que puedes. Hay veces que queda esa, pero ninguna más.

Escribo esto porque, este tiempo que hemos estado en casa, me ha dado mucho para pensar. Me ha servido para conocer gente, para ver cosas y para ver que muchos valientes acaban siendo derrotados.

El coraje que siento por dentro cundo lo veo es demasiado grande. Pensaréis que son cosas de la juventud y que realmente no es nada, pero seguro que tú en algún momento de tu juventud estuviste en nuestra posición y tuviste tantos malos tragos como el de perder algo.

Por suerte, en este momentos no son cosas tan importantes o sí. Pero cuando te haces mayor hay cosas más importantes y que sí valoras de verdad.

Esto no es un mensaje para nadie en especial, aunque ya sabéis que me encanta siempre dar un mensaje a algunas personas o a todas en general. Este mensaje va para todos nosotros y, sí, me incluyo. Porque todos hemos pasado una mala  racha y hemos perdido en innumerables ocasiones diferentes cosas que eran parte de nuestra vida.

Mi mensaje esta vez es simple: pase lo que pase, pierdas lo que pierdas, piensa que después viene un pequeño rayo de luz que hará que seas el valiente de tu vida.

Vega Archer Rios
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