La noche del 20 de agosto, durante la actuación de la discomóvil, la calle Les Maces se convirtió en una auténtica letrina pública. Los vecinos del Residencial Alameda tuvimos que sufrir la mala educación de numerosas mujeres jóvenes que aprovechaban la tranquilidad de la calle para orinar en las aceras, detrás de los coches, y hombres jóvenes que directamente orinaban contra los vehículos y las puertas de los domicilios. Todo acompañado de botellón, consumo de drogas y gritos.
A pesar de que avisamos a la Policía Local, no acudió ninguna patrulla para controlar la situación.
Las familias de la calle, algunas con hijos e hijas pequeñas, nos sentimos desprotegidas ante un gobierno que delgada un acontecimiento con un volumen exagerado hasta las 4 de la madrugada, negándonos el derecho al descanso, y nos abandona a merced de conductas incívicas.
Mientras que otros siguen de fiesta, hoy aquí es día de limpieza particular, cansados por no haber podido dormir y poniendo de nuestro bolsillo el esfuerzo para intentar volver a la normalidad.
