Y a medida que van pasando los días, me doy cuenta de la importancia que tienen todos y cada uno de ellos, y que poco se acaba reconociendo su trabajo la mayoría del tiempo. Estoy hablando de aquellas personas que se pasan horas y horas
encerrados en una redacción para que la sociedad sea consciente de lo que sucede a su alrededor; aquellos que el miedo no puede con ellos y se desplazan hasta la otra punta del mundo para saber en primera persona aquello que está sucediendo y contarnos todo lo que están viviendo.

Y es que, realmente, solo lo entendemos aquellas personas que vivimos por y para ello. Y me incluyo, ya que a día de hoy tengo la oportunidad, pero sobre todo la suerte, de estar formándome para en un futuro coger el relevo de los mejores y mantener el legado de un género con años de historia detrás: el periodismo.

¡Qué palabra tan bonita y significativa para todos aquellos que lo vivimos día a día y que nos hace tan felices! Se me ocurren miles de palabras con las que podría describir esta maravillosa profesión, pero sin duda la primera que elegiría sería pasión. Ese sentimiento que nos acaba moviendo y hace que nos acabemos metiendo en todo tipo de líos, pero líos buenos. El hecho de entrar en un estudio y sentarte delante de un micro, saber que te escuchan tantas personas para las que eres su principal fuente informativa, es una de las mejores sensaciones que un periodista puede experimentar. Pero, sin ninguna duda, uno de los componentes más importantes: tu equipo con el cual te vas a guiar y vas a convivir día a día compartiendo experiencias increíbles y sobre todo aprendiendo unos de los otros, eso sí que es pasión. Por no hablar de la sensación de ver publicado tu primer artículo o noticia, el cual lo lees y reflexionas acerca de todo lo que has trabajado y llegado para que ahora esté impreso en papel o digitalizado y que todo el mundo tenga acceso a él. En ese momento es cuando realmente te lo planteas y piensas: ha merecido la pena.

Muchas veces me han hecho esta pregunta:¿Y por qué esta profesión?, y en este caso en vez de pararme a pensar siempre he respondido lo mismo: ¿Y cómo no iba a ser esta? Para mí es un estilo de vida, una forma de pensar y de transmitir, una manera de trabajar y un método de aprendizaje. Para mi este género recoge tantas características positivas, que en ningún momento se me ha cruzado otro por el camino. Mis primeros recuerdos de pequeña son estando en el comedor de mi casa y coger el primer taco de papeles que se me cruzara y empezar a inventarme la escaleta de ese mismo día. Con 12 años sentarme por primera vez frente a un micro y ser la niña más feliz del mundo. Con 14 comenzar a escribir por primera vez en un periódico al que podían acceder cualquiera y leerme. Y ahora, con 18, guardaré para el resto de mis días el recuerdo de estar estudiando las mejores carreras que
existen y por la que tanto he luchado.

Muchas críticas hacia ella y comentarios despectivos a los que yo siempre he hecho oídos sordos, porque sabía que nada ni nadie me iban a frenar e iban a impedir seguir mi camino.

A día de hoy estoy feliz por estar construyendo poco a poco mi camino para así lograr mi gran sueño y sé que la pasión, vocación y respeto que le tengo a esta profesión va hacer que lo logre y pueda dedicarle el resto de mi vida.

Querido periodismo, quería darte las gracias por haberme regalado tanto a lo largo de mi vida y por lo que nos queda juntos.

Vega Archer Rios
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