(EFE).- Dos de cada tres uvas consumidas este fin de año en España, como manda la tradición en Nochevieja, procederán de la Denominación de Origen Protegida del Vinalopó (Alicante), un producto que ya está a la venta en comercios y supermercados pero al que el intenso calor ha provocado una merma en su calidad.
Pero además, los agricultores han sufrido también el estancamiento de la demanda y eso ha causado que hayan vendido “con una rentabilidad nula”, según han explicado este martes la directora de la DOP de la Uva Embolsada del Vinalopó, Beatriz Rocamora, y el gerente de Antonio Berná e Hijos, Antonio Berná.
Ambos han coincidido en que, además de esos factores, también ha incidido la subida de los costes de producción, que no se ha podido repercutir por el descenso de la demanda y que ha rematado la ya complicada rentabilidad de la campaña.
Unos dos millones de kilos de uva procederán este fin de año de esta DOP, que apenas ha podido “aprovechar” el 70 % de la uva, que “ha madurado en exceso” y que ha tenido “una merma” por el calor, lo que ha dejado una uva “de una calidad media” y con porcentajes mayores sin recolectar, puesto que normalmente se aprovecha entre el 80 y el 90 % del total, según Berná.
A este factor se le añade el hecho de que los productores han visto reducida la demanda por la situación inflacionaria que vive el entorno europeo, lo que ha hecho que baje el precio de venta de esta uva en el campo, de mayor calidad, ha sostenido Rocamora.
“A los agricultores no se les ha aumentado el precio e incluso es inferior al año pasado, cuando los costes de producción son muy superiores”, ha insistido Rocamora, que ha subrayado, no obstante, que desde la DOP ven este 2022 como “un ‘shock’ de mercado muy concreto por una inflación desbocada”, por lo que confían en que “la situación se estabilice de cara a próximos años”.
Pese a ello, ha destacado que la situación de la cadena de valor de los agricultores “no es nada ventajosa y tienen muchísimos problemas a los que no se acaba de hacer frente con las distintas herramientas que desde los poderes públicos están poniendo a disposición del sector, como es la ley de la cadena”.
Esta ley, a su juicio, tiene “buenas intenciones, pero parece que no es capaz de hacer frente a la problemática real a la que se enfrentan los productores y los agricultores”.
Así, contra este descenso del precio pagado a los productores, desde la Denominación de Origen piden “apostar por un producto diferenciado como es este”, que tiene “un sello de calidad y una garantía certificada”, lo que puede ser “una herramienta muy útil para el sector para poderse diferenciar y hacer frente a este mercado tan complejo y convulso”.
UNA CRISIS CRECIENTE EN EL CAMPO
Berná, por su parte, ha insistido en que este año “sobra uva” por el descenso de la demanda y por una crisis económica que “es muy grave”.
“Ofrecemos un producto que es caro, por lo que -ante los problemas de la inflación- no se consume y, al no consumirlo, sobra y al sobrar, hay exceso de oferta y los precios bajan”, ha lamentado para explicar que el calor veraniego “ha estresado mucho la calidad de las plantas, lo que aumenta el destrío -las frutas rechazadas por estar mal formadas o afectadas- y eso también aumenta la mano de obra”.
“Todo eso hace que la rentabilidad sea nula o que haya mucha gente que vaya a tener pérdidas severas”, ha apuntado Berná, que, no obstante, ha asegurado que no habrá problemas de abastecimiento y que “en el campo queda todavía un poco por recolectar”.
“Cada año que pasa” los productores de cítricos o de uva “lo tenemos más difícil”, ha insistido el gerente de esta empresa, que ha concluido que “el mercado es más global cada año”, por lo que “cualquier producto de cualquier sitio llega en 48 horas y se abastece”, lo que perjudica el mercado local y más próximo.