Durante estos últimos días de Navidad hay un postre que no puede faltar en las casas. Hablamos del “Roscón de Reyes“. Este dulce tradicional se suele comer entre la tarde-noche de Reyes (5 de enero) y el día de Reyes (6 de enero).

Así, los hornos y pastelerías de toda la vida del comercio local de Bétera ya tienen a su alcance este postre.

El “Roscón de Reyes” es un bollo elaborado con una masa dulce adornado con lonchas de fruta confitada, escarchada o cristalizada de colores variados. Puede rellenarse de nata montada o crema, entre otros. Dentro de él, se introducen en la suya interior sorprendidas, normalmente contiene figuritas de cerámica o de plástico de los reyes, que los comensales llegan a encontrar en alguna rebanada. Una característica muy destacable es que dentro del roscón también se introduce una haba seca. Es tradición que aquel que encuentre el haba paga el roscón.

Este es un dulce navideño característico de la cultura española, pero por influencia posterior este bollo navideño se sirve igualmente en otros países hispanohablantes (principalmente en México) así como en Francia y Portugal.

Orígenes

Sus orígenes nada tiene que ver con el nacimiento de Jesús y la llegada de Reyes Magos en el Portal de Belén.

Su origen viene del siglo II a. C., en el cual a mediados de mes de diciembre, después de la finalización de los trabajos en el campo y a lo largo de una semana, se realizaban unas celebraciones paganas conocidas como ‘las Saturnales’,como homenaje en Saturno, dios de la agricultura y las cosechas, en las cuales se festejaba la finalización del periodo más oscuro del año y el inicio de la luz; pero tenemos que tener en cuenta que en aquella época el año no acababa en diciembre, sino que se alargaba hasta finalizar el mes de febrero.

Para tal celebración se realizaba una coca a base de miel y en la cual se le introducía algunos frutos secos, dátiles e higos. Estos postres se convirtió en uno de los más populares durante la celebración.

Se calcula que fue en el siglo III d. C. cuando se introdujo la conocida haba, puesto que esta se consideraba un símbolo próspero y de fertilidad, por lo cual en aquel que se encontraba en su porción de coca con esta legumbre se le auguraba prosperidad durante el resto de año.

Después de finalizar la persecución a los cristianos e imponerse esta religión como el oficial en el Imperio Romano, las celebraciones paganas fueron desapareciendo, pero no así algunas costumbres como la de la coca que contendía una haba y que con los años había ido adquiriendo la forma de roscón.

 

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