Lucy Veg es una App móvil colaborativa que permite escanear el código de barras de alimentos y cosméticos, saber al instante si el producto contiene algún ingrediente de origen animal, ver alternativas válidas y aplicar filtros en la búsqueda.    

La startup forma parte de las iniciativas emprendedoras que participan en los programas de aceleración de la séptima edición de Col·lab, en el centro de innovación Las Naves, del Ayuntamiento de València. 

La herramienta surgió de la propia experiencia de Martins, su creador y promotor. En su transición hacia el veganismo, al comprar alimentos, tenía dificultades para encontrar información sobre si un producto era apto para una dieta vegana. “Igual que a mucha gente, nos gusta la variedad y probar productos nuevos. Al hacer la compra en el supermercado, me di cuenta que no es una tarea fácil elegir los que se adapten a nuestro estilo de vida”, explica el fundador de Lucy Veg. “La tarea se complica aún más, si, como en el caso de mi mujer, tienes alguna alergia o intolerancia a algún ingrediente. Pronto me di cuenta que más personas compartían el mismo problema”, añade. 

Para ofrecer una solución a esta situación, la App facilita en el momento la información para hacer una compra informada y acorde con sus valores, preferencias y necesidades. Una gran base de datos en el móvil, personalizada, que permite ahorrar tiempo y mejorar la experiencia de compra. “Sabía que tenía que haber una forma más rápida y cómoda de hacerlo. Quería que la gente vegana pudiese comprar los productos que quieran con la misma facilidad que las demás personas”, afirma Martins.  

Ahora, el trabajo de la startup se centra en la creación de la primera versión de la APP para realizar validaciones, así como en reforzar su presencia en redes sociales. “Lucy Veg ha evolucionado mucho. Después de haber trabajado en el proyecto desde casa durante muchos meses, entrar en Col·lab permite darle un impulso”, explica el empresario. Martins destaca que, de la misma manera que Col·lab, la startup también busca un triple impacto positivo: social, medioambiental y económico. “Me siento rodeado de gente que comparte los mismos valores que yo”, apunta el emprendedor.

 

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