La localidad de Bétera inició ayer, 02 de abril, la Semana Santa con el “Domingo de Ramos“. Esta celebración conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén.
Niños y niñas de catecismo, cofradía de la Dolorosa y del Santo Sepulcro, vecinos y vecinas de nuestro pueblo y una representación de de la corporación municipal del Ayuntamiento del municipio, participaron en la procesión con sus palmas y ramas de olivo.
Así mismo, la Colla de Campaners de Bétera también participó con el toque manual de campanas y engalanando con palmas la ermita de la Divina Pastora, campanario de la parroquia de los Desamparados y la Torre-Campanario de la Purísima Concepción.
Al final de esta noticia adjuntamos una galería de imágenes del acto solemne de ayer, cedidas por la citada colla.
Más sobre el “Domingo de ramos”
El Domingo de Ramos es una celebración cristiana en la cual, como bien ya se ha indicado anteriormente, se conmemora la entrada de Jesucristo en Jerusalén y su aclamación como hijo de Dios. Es el sexto domingo de la Cuaresma, que da inicio en la Semana Santa.
En la mayoría de las iglesias litúrgicas, el Domingo de Ramos se celebra con la bendición y distribución de ramas de palma o las ramas otros árboles nativos, que representan las ramas de palma que la multitud esparció frente a Cristo mientras él entraba en Jerusalén.
Muchas iglesias de las principales confesiones cristianas, incluidas las tradiciones ortodoxa, católica, luterana, metodista, anglicana, morava y reformada, distribuyen ramas de palma en sus congregaciones durante sus liturgias del Domingo de Ramos.
De acuerdo con el documento del Vaticano “Carta circular sobre la preparación y la celebración de las fiestas pascuales” publicado en 1988, el Domingo de Ramos “comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión”. Por otro lado este documento señala que “La relación entre los dos aspectos del misterio pascual se tienen que evidenciar en la celebración en la catequesis del día”.
La eucaristía del Domingo de Ramos tiene dos momentos importantes: la procesión y la bendición de las palmas por el sacerdote. Así mismo, se destaca la lectura de la palabra que evoca la Pasión del Señor.