(EFE) Tres décadas se cumplen este martes del asesinato de Guillem Agulló, un joven antifascista de 18 años que murió el 11 de abril de 1993 de una puñalada asestada por uno de los integrantes de un grupo de neonazis mientras estaba de acampada en Montanejos (Castellón).
Las redes sociales se han llenado de mensajes de recuerdo del joven de Burjassot, muchos de ellos acompañados de la frase “ni olvido ni perdón” y de la imagen de Guillem junto a un ramo de claveles rojos.
El president de la Generalitat, Ximo Puig,ha señalado que Guillem tendría tendría hoy 48 años, pero “el fanatismo violento le robó la vida” hace tres décadas, y ha reivindicado que es “un símbolo que el pueblo valenciano nunca tiene que olvidar”.
El diputado de Compromís en el Congreso Joan Baldoví ha señalado que “frente al fascismo y su impunidad ni olvido ni perdón”; ha expresado su cariño a la familia de Guillem y ha reivindicado su lucha.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha afirmado que el asesino de Guillem “se presentó a unas elecciones y se pasea por Valencia tan nazi como siempre”.
La Audiencia Provincial de Castellón condenó por un delito de homicidio, en mayo de 1996, a 14 años de prisión al autor material de la puñalada que acabó con la vida de Agulló y absolvió a otros cuatro jóvenes que también fueron acusados de esta muerte.
Los hechos se produjeron en Montanejos (Castellón), en abril de 1993, cuando Agulló, un joven nacionalista, antirracista y antifascista de 18 años, fue apaleado por un grupo que le acorraló por las calles de la localidad, donde se encontraba de acampada, y finalmente recibió una puñalada que acabó con su vida.
La resolución judicial no recogió que la pelea que concluyó con la muerte de Agulló estuviera originada por motivos políticos o ideológicos, como alegaron las acusaciones y el fiscal.
Según la sentencia, el origen del enfrentamiento fue “un intercambio de miradas de recelo, burla, o provocación”, y se descartó el asesinato.