En un artículo de opinión anterior, clic aquí, nuestro vecino Ángel Rivero comenzó a enumerar los “peligros”, que a su parecer, tiene Vox. A continuación, seguimos con esta enumeración que ha realizado dicho vecino. Remarcamos de nuevo que es un artículo de opinión y su visión particular.
3. Vox es un partido adscrito a la eugenesia social a nivel económico.
¿Qué coño significa ésto? La evolución económica y social, basada en el sistema
capitalista. Sin medias tintas, sin patrones de humanidad. Si quieres algo, lo pagas; si
crees que el precio es alto, lúchalo con quien ofrece el producto/servicio; si no puedes
pagarlo, te jodes; si tienes que luchar mucho por algo mientras a otros se lo dan sencillo, por algo será, vendrá de buena estirpe y tú estás por debajo. La ley de la selva. Cero conciencia solidaria. No es casualidad que los políticos y mayores simpatizantes de este partido sean los que más acomodados están en la cadena trófica capitalista.
Y esto es algo que venden al autónomo, al empresario, al tío o tía que curra de sol a sol. Pero se olvidan de contar una cosa: mañana, si los que están encima del todo en la pirámide, quieren hacer un cambio para mejorar su calidad de vida y tú estás por debajo, la ley de la selva se impone. Si te dan la patada, te quedas sin trabajo o cambian las leyes, no esperes empatía ni solidaridad. Como mucho, espera caridad. Y si no puedes diferenciar entre solidaridad y caridad, tranquilo que vas a aprender la diferencia.
4. Vox es un partido con tendencia al totalitarismo.
En base al “cascarón de huevo” y a la ausencia de carácter mínimamente progresista, cualquier manifestación social que se salga de sus patrones será tomada como un ataque a su status quo, fuera de cualquier diálogo y, por tanto, merecedora de censura y supresión. Eso sí, tratándose de una formación “moderna y democrática”, no tomará los caminos habituales de los regímenes totalitarios, sino que se basará en las propias estructuras democráticas para ejercer tal censura, principalmente a través de los
medios de comunicación y el estamento judicial, previamente seleccionados. O dicho de otra forma: no sacarán a los militares a la calle, pero se encargarán de modelar de manera encubierta, lo que es legal y lo que no lo es, lo que es aceptable y lo que no.
Y no, este método no se aplicaría precisamente a minorías, que, con todo el respeto, son minorías. Las minorías, a pesar de lo que se vende, tienen muy poco poder político si no cuentan con el apoyo de las mayorías. Son, precisamente, las mayorías las que más les preocupan. Y hay una mayoría aplastante, más que de homosexuales, gitanos, musulmanes, feministas… Hay una mayoría de obreros. Y ésa será, en el caso de que vengan mal dadas, la primera a la que aplicar la tijera, -a la clase trabajadora-.
5. Vox tiene las conexiones más oscuras con el resto de políticos similares alrededor del globo.
Oiga, esto no es malo “per se”. Cada cual se afilia con los de su filia, blanco y en botella. El problema es cuando, tirando de historia y de hechos actuales, cuando los partidos con los que comparten filia han tocado poder de verdad, del ejecutivo, los niveles de pobreza se han disparado, marginación por motivos ideológicos, censura y propaganda rampante, e incluso guerras fratricidas.
Hay un sector de la derecha mediática que asocia el progresismo español con el bolivarianismo y el castrismo. Han construido un paralelismo Podemos = Venezuela = Cuba, simplista y mediocre, pero efectivo. Lo que no se publicita es la simpatía que tiene Vox con ideologías que, sin tener un nombre concreto, representan auténticos fracasos de crecimiento económico y social. Llámese Lukashenko, Orban, Putin, el Likud israelí, o la mezcolanza de partidos europeos que, con poco disimulo, se asemejan al NSDAP, -El Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, conocido coloquialmente como Partido Nazi-.
6. Vox tiene entre sus filas a gente inteligente… socialmente, pero para engañar al ignorante.
Si hay algo peor que un totalitarista que va de frente es un totalitarista que va de espaldas. En España hay una mirada de partidos filo-fascistas, franquistas y fascistas. La vieja CEDADE (nacional-socialistas) se incorporó a Democracia Nacional; otros tantos grupos filo-nazis, falangistas y demás caterva de ultraderecha se unió a partidos similares pero han conseguido una cantidad de votos ridícula.
En Vox cuesta encontrar tanta simpatía explícita por parte de sus componentes a estas ideologías totalitaristas, pero cuando uno se pone a “rascar”, la encuentra a paladas.
Han adquirido un disfraz para pasar desapercibidos como “opción de derechas”, pero debajo está la esencia. Saben camuflarse muy bien junto a algunos de sus compañeros, aprovechando el “cascarón de huevo” y su habilidad para tergiversar las necesidades sociales en postulados populistas, pero en el interior encontramos la misma ideología que ha supuesto censura, miseria y muerte a miles de personas. El mayor problema de esto es cuando el propio partido, que lo ha mantenido en la oscuridad durante mucho tiempo, se atreva a sacarlo a la luz. Fuera caretas, entonces vendrán los llantos y la desesperación, Van poquito a poco.